Honorabilísimos Gremios de Khalia
Khalia era ya reconocida en tiempos previos al Imperio del León por su magnificencia y desarrollo. Consiguieron evitar ser perjudicadas durante las Guerras Apátridas apoyándose en una poderosa confederación gremial, que gestionó un potente ejército mercenario, manteniendo la ciudad impoluta.
Al acceder a la dignidad imperial, Connor se propuso someter a la ciudad a las mismas leyes comunes para todo el Imperio, cercano como era a los Espíritus del Ánima, y receloso de las supuestas innovaciones descontroladas que se alimentaban en la urbe. Al visitar la ciudad fue recibido por los representantes de los gremios, que le mostraron los secretos del ascua y del vapor, las aleaciones irrompibles y la importancia de contar con un motor de modernidad como era Khalia. A priori sometió la ciudad a sus designios, pero los gremios supieron maniobrar y ser complacientes con el emperador, aportando siempre más de lo que se les exigía, entre ellos los regimientos de juggernauts, golems y baterías de artillería que pudieron contener los ataques de los hombres del mar. Los años pasaron, y con el tiempo Connor reconoció una serie de importantes privilegios referidos a abastecimiento de materias primas, gestión autónoma de impuestos y política, a cambio de nutrir a los ejércitos del León con poderosas obras de ingeniería.
Características y peculiaridades
Al estallar la Guerra de las Sombras, Khalia era ya en sí mismo un pseudo-estado propio, que se apoyó en los edictos de la Sierpe que permitían la esclavitud, incorporándola a su complejo entramado político, social y económico. Apoyando sin fisuras al poder que más convenga (en el momento actual, la casa de la Sierpe), la ICHG (Ilustre Confederación de Honorabilísimos Gremios) ha sabido fortalecerse y erigirse en una enorme potencia, incomparables con cualquier otra metrópoli a excepción de Lansatt.
Bajo la nube de azufre y vapor que envuelve la ciudad, los distintos colectivos fabriles trabajan sin descanso, fundiendo, moldeando y produciendo en serie, siempre voraces, bajo el brillo febril de los hornos o el doloroso chasquido del látigo, atrayendo recursos como un enorme vórtice ardiente, para transformarlos en innovaciones de todo tipo. El engranaje, el vapor, las plataformas de ascensión y la electricidad son comunes en la gloriosa Khalia. Sobre la nube tóxica, los barrios de la oligarquía dominan desde altas torres que arañan un cielo límpido, y en las alturas cierran tratos, sellan destinos y mercadean con oro, plata, cuerpos y almas.
La Ilustre Confederación de Honorabilísimos Gremios (ICHG)
En teoría unidos, los sumos oligarcas directores de los gremios colaboran de igual manera que conspiran entre sí y contra sí mismos. Ricos sin medida, suelen ser excéntricos y decadentes, y siempre están ansiosos de poder y riqueza, como vetustos dragones incubando un tesoro. Entre los oligarcas más destacados de la ICHG están Tolvar (Sumo Oligarca del Gremio de Altos Hornos y Fundición del Acero), Nínive (Suma Oligarca del Gremio de Moneda y Banca), la enana Hilda (Suma Oligarca del Gremio de Maquinaria Bélica) y el espectro de Gaspar Velsenis (Sumo Oligarca del Gremio de Asesinos).
Movimiento Social Autómata (MSA)
Sin un líder fijo en tanto que son un movimiento puramente asambleario, el MSA integra a golems y autómatas sin amo de toda clase, en principio de tendencia totalmente pacifista. Buscan impulsar una mejora social en Khalia en base a una política de actos y manifestaciones pacíficas, además de llevar a cabo importantes gestos simbólicos tales como renunciar al consumo de carne y a promover una economía de trueque que está ganando peso en algunos rincones del distrito de Bajaforja. Su principal interlocutor es B32, un golem de acero con aleación de mithril que ha resistido ya varios intentos de maquinicidio a manos de sicarios de la ICHG.
Hermandad Proletaria
La Hermandad Proletaria tiene un dicho: “Todo tiene un límite”. Y resulta que los límites se rebasaron hace mucho. La consecución de objetivos económico-materiales ha perdido el sentido desde cualquier punto de vista, y la figura del obrero se ha visto relegada a un mero factor económico, a ser un recurso más en un juego que carece de toda lógica. La Hermandad es muy diversa, pero tiene un objetivo claro, hacerse con el poder de Khalia para poder romper los grilletes y cadenas que la constriñen, para conseguir una ciudad-estado de corte social independiente de la Casa de la Sierpe. Dentro de la Hermandad hay dos facciones, una idealista encabezada por Cirrus, que apuesta por la propaganda, la huelga y la acción política, y una radical liderada por los gemelos enanos Thralin y Ralin, que ven en la violencia la única herramienta que puede entender la ICGH. La Hermandad podría ser francamente poderosa, pero su tendencia a alimentar rivalidades en base a sus pequeñas diferencias teórico-políticas les hacen perder el foco de lo que realmente es importante.
