Golgar, El Ogro Demonio de la Destrucción

Entre los señores de la guerra de las ciudades fronterizas, suele decirse que los ogros solo sirven para dos cosas: como bestias de carga o como carne de cañón.

Muy pocos conocen la historia de su transformación… porque los secretos del Ritual de Ánkar oscuro se guardan bajo llave, aquí mismo en algún escondrijo de las mazmorras de Nurash, pero los ogros se convirtieron en los sujetos de experimentación favoritos de los nigromantes de la Sierpe.

Durante los años previos a la caída de Connor, nos los enviaban aquí a los sótanos, y los obligábamos a ingerir aceite de Ánkar oscuro antes del ritual. Los ogros son idóneos por su resistencia física, pero padecían, como otras razas, terribles alucinaciones y pesadillas. Muchos enloquecían en el proceso. Pero en un momento indeterminado del experimento, se producía un cambio. Al principio no teníamos idea alguna de las cantidades de Ánkar que debíamos utilizar, así que los bañábamos literalmente en aceite de Ánkar y nos sentábamos a observar. Decenas, cientos de ellos terminaron convertidos en grotescas formas de vida, enajenados o muertos. 

¿Tienes una idea de remota de lo que debe ser morir de miedo…? ¿morir de pavor? 

Sombras de Kadazra, Arte de Fran Fernández

Poco a poco dimos con clave y Golgar fue uno de los primeros en completar con éxito la transformación… en su vida anterior no era nadie, un estúpido gigantón que cargaba con el oro de algún mercachifle en el desierto de Keral. Ahora es un dios, el ogro demonio de la destrucción… y todo gracias al Sueño del Leviatán

La pesadilla perpetua nos purga, nos limpia, transforma nuestros cuerpos y mentes hasta alcanzar la máxima pureza. Ahora vive en comunión con el Sueño, los Mil Rostros susurran la orden y él la cumple… apenas conserva una parte de su voluntad.

¿Crees que le importa? No. Pregúntale, no la necesita… Esto es lo más cerca que ha estado nunca de la perfección, ¿verdad Golgar?, díselo, cuéntale a estos nuevos adeptos cuál es el nuestro sino.

Vuestra sangre será reclamada… y se derramará respladeciente sobre el mundo. Y no quedará nada que no comulgue con el Sueño del Leviatán…

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